Un viaje de lujo a Bután nos permite descubrir el país que se encuentra enclavado entre las elevadas montañas y valles asiáticos de China e India, produciéndose una metástasis en sus influencias, generando una variedad de costumbres y religiones en cada una de sus regiones, y todas con un singular misticismo.
Podremos visitar el impresionante Nido del Tigre, un templo budista a más de 3000 metros de altura y en un escarpado acantilado. Este reino ha estado aislado del mundo prácticamente hasta hace tres décadas, un país donde conviven la modernidad y adelantos de los tiempos actuales, con las costumbres, festividades y religiones de tiempos ancestrales.
Desde el momento en que aterricemos en Paro, todo viajero se sentirá atraído por este país cubierto casi en su totalidad por bosques, casi un 70%. Una experiencia única que jamás olvidaremos.
Nuestros Viajes de Lujo a Bután
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Viaje exclusivo a Bután
Un viaje exclusivo a Bután nos permite no sólo descubrir un remoto país entre las montañas más altas del mundo, sino también descubrir su fauna y flora, uno de los principales atractivos del país, muchas de ellas endémicas como monos, osos, búfalos, yaks, takines, tigres e incluso el mítico leopardo de las nieves.
Bután es también un modelo exitoso de turismo sostenible,que se aplica a todos los viajeros que visitan el país. Nuestro equipo de expertos lo tiene todo preparado para que, de la mano del confort y la sostenibilidad, vuestro viaje de lujo a Bután se convierta en un recuerdo que jamás olvidaréis.
Destinos exclusivos en Bután
El llamado “País de las Nubes” respira espiritualidad en cada rincón y esquina. Lo sentiremos en sus monasterios y fortalezas, los dzongs, en los templos que salpican las aldeas y los centros urbanos… Paralelamente, la vida cotidiana continúa en el rodar de los molinillos de oración, en el murmullo de los mantras y en la luz destellante de las lámparas de mantequilla en las casas. Un destino de lujo a para descubrir.
Paro
La entrada al reino de Bután suele ser por Paro, el lugar ideal para comenzar nuestro viaje. Sobre el valle se erige un gran dzong, que nos dejará sin aliento. Podremos pasear por este tranquilo pueblo o visitar alguna de las partidas de tiro con arco. Si lo preferimos, en el mercado local podremos encontrar puestos donde se vende carne de yak con pimientos, todo un plato típico para los butaneses.
El Nido del Tigre
El monasterio de Taktsang, por su ubicación también conocido como el Nido del Tigre, es uno de los lugares indispensables en todo viaje de lujo a Bután. Se trata de un templo budista construido a 3500 metros de altura, en un acantilado casi inaccesible. Podremos ver sobre nuestras cabezas cientos de banderas religiosas de colores, que contienen oraciones budistas y que se sitúan siempre en zonas elevadas para que el viento las agite y así poder extender mejor la palabra de Buda. Se dice que, durante el siglo VIII, Guru Rinpoche introdujo el budismo en Bután desde el Tibet. Cuando llegó a Bután, estuvo tres años, tres meses, tres semanas, tres días y tres horas meditando dentro de una cueva, alrededor de la cual, en el siglo XVII se construyó el Nido del Tigre.
Punakha
Otra de las ciudades insignia de Bután es Punakha. Su dzong, la fortaleza monástica de la ciudad, data del siglo XVII y fue la capital del país hasta 1955, momento en que fue trasladada a Timbu. Entre los rituales que se celebran en el dzong destaca la boda del actual rey del país, Jigme Khesar Namgyel Wangchuk. En esta localidad se celebra también, aproximadamente cada 100 años, un festival muy importante en el país para rendir culto a Buda, el Drubchen.
Thimphu
Capital del Reino de Bután, Thimphu ofrece al viajero la oportunidad de conocer una de las caras más modernas de Bután. Enclavada en las estribaciones del Himalaya, en esta ciudad podremos asistir a partidas de tiro con arco, deporte nacional del país, o admirar su precioso dzong, la ciudadela donde se ubica la administración pública y los monjes de la ciudad que, durante la noche, su iluminación nos dejará boquiabiertos.
Podremos visitar también el mercado local, donde podremos mezclarnos con los lugareños, con sus trajes tradicionales o probar un poco del delicioso queso de Yak.